sábado, 28 de noviembre de 2009

Costumbres de apareamiento

Aunque al nacer los pollitos, y antes durante la incubación de los huevos, Amélie ha pasado un tiempo dedicada en cuerpo y alma a sus tareas de madre, rechazando el contacto con Walter, en cuanto sus crías alcanzaron un mínimo tamaño, a la semana de vida o así, volvió a confraternizar con él. Por su parte Walter siempre ha tratado de sacarla del nido, a picotazos si era necesario, y por eso mismo lo hemos tenido separado de Amélie varias semanas; incluso ahora tenemos que separar a Walter de Junior y Amélie durante ciertas horas, si queremos que ella dé de comer a su cría, y por eso mismo los fines de semana, que los dejamos solos en casa, quedan en habitaciones separadas. Cuando Walter y Amélie se aparean es curioso ofrecer el proceso; Walter le acicala las plumas del cuello y de la cabeza con rapidez y suavidad, y ella responde del mismo modo. Cuando ella decide acceder a la cópula (la decisión es solo suya), solicita alimento de Walter introduciendo su pico completo dentro de la boca del macho, exactamente igual que hace Junior cuando come de Amélie. Por los movimientos de Walter se comprende que está regurgitando, y que efectivamente la hembra se alimenta de él. Una vez ella satisfecha, adopta una postura horizontal, con las alas ligeramente acodadas, formando una superficie bastante plana sobre la que el macho puede tumbarse. Dado que no hay órganos genitales visibles y separados, la cópula consiste simplemente en el contacto de las cloacas durante breves instantes, poquísimos segundos. Tras esto, todo ha concluido, y pasa cada uno a sus cosas. Ah, olvidaba mencionar que a veces Walter requiere a Amélie para aparearse con ella amedrentándola con dolorosos picotazos que incluso han provocado a veces puntos de sangre en la pobre Amélie; pero ella, aunque se queja lastimeramente, no huye de su lado (y le sería facilísimo, porque vuela mucho mejor que Walter), así que sin duda es parte del cortejo amoroso. Nada de todo esto tiene que ver con las personas... ¿o sí?

jueves, 26 de noviembre de 2009

Con tres semanas, Junior sabe volar, pero no comer

Han pasado tres semanas desde que salió del huevo, y Junior (nombre provisional que va camino de ser definitivo), ya es un pajarito grande y bien desarrollado. Sus plumas han crecido tanto que ya es capaz de dar vuelos cortos, son poco más que un salto, pero que le dan bastante autonomía. Lo único que me angustia un poco es que no es capaz de comer, se alimenta exclusivamente del pico de su madre, que cada vez le da menos cebas. Junior pesa unos 100 gramos, y es mucho si comparamos con los 130 de Amélie o los 150 de Walter. El caso es que pica con interés la comida, actualmente pasta de cría, e incluso puede que alguna pequeñísima partícula la ingiera; pero por lo demás vemos siempre como las partículas que toma con la punta del pico caen indefectiblemente al suelo: no las sabe engullir. Por otro lado su padre siempre que puede le pica, Junior parece no darse cuenta del peligro y se acerca a él en actitud de pedir comida, con su piar lastimero, pero Walter le lanza duros picotazos, e incluso lo derriba de donde esté, pobrecito. ¿Podrán convivir cuando Junior sea mayor? Eso será determinante para ver quién se queda y quién se va.

sábado, 21 de noviembre de 2009

El pollito, "Junior", tiene ya quince días... nuevo desafío: fin de semana solo


Bueno, solo, solo, no: se queda al cuidado de su mamá. Pero Amélie cada vez hace menos caso de "Junior" (nombre provisional de la tortolita), quien por otra parte se ha espabilado muchísimo, casi de hora en hora hace progresos. Su tamaño y peso ya son superiores al 50% de un adulto, por lo que su voracidad al alimentarse es casi salvaje. Sea por eso, sea por incitarle a avanzar de fase, su mamá distancia las cebas, y estas son menos abundantes, a pesar de que posiblemente necesite más comida que nunca. Ya es capaz de subirse al borde del nido, por supuesto no vuela ni remotamente, pero hace ejercicios y limpia sus plumas igual que sus papás; además, su plumaje cada vez deja menos huecos a la vista. Pasará dos días sin cuidados humanos, y sabemos que lo más seguro es que caiga al suelo, ya que hoy la hemos sujetado en el aire, cuando su mamá la ha tirado accidentalmente mientras huía de su lado, agobiada por la insistencia con que reclamaba comida. ¿Superará esos dos días? ¿Y si se hace daño al caer? (tiene cojines y toallas debajo), ¿y si la madre no la vuelve a alimentar?

viernes, 20 de noviembre de 2009

El padre no ayuda en la cría, al revés, es un estorbo


Resulta curioso el modo de crianza de la tórtolas. Tras el nacimiento, la madre se ocupa de darles calor, y sobre todo comida. Durante la primera semana, apenas abandona el nido una o dos veces al día, para evacuar fuera de él, y alimentarse. Suele hacerlo por la mañana y por la tarde, muy parecido a cuando incuba, que observa el mismo comportamiento. En este caso el excremento es grande y viscoso, a diferencia de las pequeñas bolitas secas que excreta en estado normal. Pasada una semana el comportamiento de la madre cambia, y abandona el nido cada vez con más frecuencia, ya no duerme con las crías (demasiado grandes para estar debajo de ella), y vuela al nido para darles de comer, en un espectáculo entre lo grotesco y lo terrible, pues las crías (una en este caso), buscan la comida dentro de la boca de la madre, metiendo el pico hasta muy dentro. Su crecimiento es asombroso, y pasa en dos semanas de los 5 a los 80 gramos. A todo esto, el padre no solo no colabora en la crianza, sino que trata por todos los medios de apartar a la madre de su tarea, al principio intenta que abandone el nido para dedicarse a él, luego dificulta cualquier acercamiento de la madre. Para ello da fuertes picotazos ya a la madre, ya a la cría, de hecho Amélie presentaba hoy una gotita de sangre en la cara (que puede observarse en la foto, si se mira con detenimiento), aunque parecía no importarle en absoulto. En consecuencia, tenemos a Walter apartado del nido y de la madre, al principio por completo, y pasada la primera semana cuando entendemos que Amélie debe de ocuparse de su cría.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Dos semanas: el pollito es blanco


Ya no queda ninguna duda: el pollito superviviente es blanco. Aunque no ha desarrollado todas sus plumas, todas las que le han salido son de un blanco inmaculado. Ha aumentado mucho de tamaño, y se muestra despierto y tranquilo. Es curioso que haga los mismos gestos que los adultos, se acicala las nacientes plumitas, y mira con curiosidad desde su bandeja forrada de papel. Trata de no mancharse con los excrementos, e incluso saca el culito al borde para mantener instintivamente limpio el recinto, es una monada. Debajo del nido hemos colocado unos cojines, porque se supone que pronto puede dejar el nido, y si se cae así no se hará daño. Sus patas son grandotas, casi del tamaño de un adulto, y cuando estira sus alas muestra ya una envergadura más que considerable. No sabemos si es macho o hembra, tal vez macho, pues parece grande y despierta sentimientos de competición en Walter, su papá.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Segundo fin de semana ¿qué tal responderá el pollito?


Tras la muerte de su hermanito, el otro pollito se ha quedado solo en el nido. Su mamá le da de comer, tanto que me asusta un poco, porque parece que está a punto de reventar, de tan lleno que tiene el buche. Su cuerpo, todavía bastante transparente, muestra con claridad la comida pendiente de ser digerida, en el buche, y pendiente de ser expulsada, en el bajo vientre. De momento todo va bien, hace unas evacuaciones casi de adulto, y su peso ha llegado hoy a los 55 gramos, un poco menos de la mitad de su mamá, que ha adelgazado bastante. Supongo que sus posibilidades de supervivencia ya son altas, abre los ojitos, reacciona cuando lo toco, y supongo que pronto se incorporará. Nuevamente hemos separado a Amélie y el pollito de Walter, que lejos de ayudar en la crianza, solo trata de sacar a Amélie del nido; se quedará en la zona de la cocina. No hace frío y yo creo que aunque no comiera un día entero no pasaba nada, al fin y al cabo su hermanito murió atragantado, ¿no lo estará cebando en demasía Amélie? Habrá que esperar al domingo...

jueves, 12 de noviembre de 2009

Ha muerto un pollito


Desgraciadamente hace unos minutos, cuando tenía exactamente una semana de vida, ha muerto uno de los dos pollitos. Creo que es el que nació segundo, y parecía que su ojito oscuro indicaba que sería del color de Amélie, mientras que el que queda posiblemente es blanco. La causa de la muerte ha sido un trozo de comida que le ha impedido respirar, pobrecito, incluso hemos intentado el "boca a pico", pero no se ha recuperado. Lástima, ha sido por segundos, si nos hubiéramos dado cuenta un poquito antes seguramente lo hubiéramos podido ayudar. La comida que lo ha atragantado era pan, suprimiremos eso por ahora de la dieta de su madre como precaución. Qué pena, estaba caliente, recién muerto, qué desgracia. Su hermanito sigue bien por ahora.

viernes, 6 de noviembre de 2009

El segundo huevo se ha abierto


Acababa de poner la entrada anterior, cuando he asistido en riguroso directo a la eclosión del segundo huevo, ha salido un pollito que se lleva entonces doce horas, aproximadamente, con su hermanito mayor, mientras que la puesta fue unas cuarenta horas posterior, ¡qué sabia es la naturaleza! Amélie los trata con amoroso cuidado, pero el hermanito mayor es ya capaz de reclamar su alimento, mientras que el recién nacido está aún muy quieto... espero que me dé tiempo a ver algo más antes de irme de fin de semana. Pongo también un vídeo de los dos pollitos con su mamá:

Walter y Amélie ya son papás



Hoy ha nacido, por fin, el primer pollito de Walter y Amélie. Debería decir que es horrible, pero a mí me parece precioso. El otro huevo aún no se ha abierto, así que mantenemos las dudas sobre si está fecundado y desarrollado, aunque todo parece indicar que sí, ¡incluso parece que se mueve un poco! Estamos embobados mirando al pollito, no tiene los ojos abiertos ni rastro de plumas, pero sabe meter su largo pico dentro de la boca de Amélie. Han pasado 16 días y pocas horas desde que puso su primer huevo, pero si contamos desde el segundo, yo creo que no llegan a 15 días, lo que concuerda con la fecha prevista. El pollito parece en buen estado, se mueve a veces con decisión buscando a su mamá, que está amorosamente encima, solo asoma su piquito por debajo. Es una ricura. ¿Tendrá un hermanito?