jueves, 27 de enero de 2011

El machismo como intimidación

(A la izquierda, Amélie; a la derecha Junior. Ambas son hembras, madre e hija)

Las tórtolas son muy territoriales. Al poco de nacer, cuando apenas les han salido las plumas y empiezan a alimentarse por sí mismas, los retoños son expulsados del nido sin demasiadas contemplaciones; fue lo que ocurrió con Junior. Mis tórtolas entonces se han repartido la casa, en zonas de influencia: el balcón exterior (protegido con un plástico en invierno), es para los padres, Walter y Amélie; la repisa del perchero, en el pasillo, es de Junior. En medio está el salón, y al otro lado la cocina, terrenos de pugna abierta, aunque el salón es un poco más de la pareja y la cocina un poco más de Junior. Cuando dos tórtolas están a la vez en un mismo espacio, comienza un juego de comportamiento donde influyen el poder físico, el estado de ánimo, la presencia o ausencia de seres humanos, de comida y quién sabe cuántas cosas más.

Pero este comentario quiero hacerlo para referirme a algo bastante insólito que no hace mucho estoy presenciando. Como ya he comentado anteriormente, el cortejo del macho a una hembra se compone, entre otras cosas, de una parada demostrativa en la que el macho hincha el pecho, y realiza una serie de "reverencias" acompañadas rítmicamente con un sonido peculiar, un canto profundo a modo de grito; Walter le dedica a Amélie estos movimientos, y como macho ávido que es, también a Junior, a su reflejo en el espejo, a la tórtola dibujada en la caja de comida, y al lucero del alba si llega el caso. Hasta aquí, todo normal. Lo que ya no lo es tanto es que Amélie, estando en el salón, y con la evidente intención de achantar a Junior y echarla de la habitación, adopta este mismo papel de macho con todo detalle: se hincha y canta, exactamente igual que un macho cortejando a una hembra, a pesar de que por supuesto Amélie es hembra.

Es decir, Amélie hace la parada nupcial a su hija Junior, y esta, molesta, se va. Es una tentación hacer comparaciones con los seres humanos, y también un error. Pero de lo que no cabe duda es de que el cortejo masculino supone también una demostración de superioridad física y por tanto de dominio, hasta el punto de que una hembra lo usa para ahuyentar a otra. Esto ocurre solamente en el salón (terreno neutral), puesto que si Junior entra al balcón (cosa que intenta a menudo), es expulsada sin contemplaciones a picotazos y aletazos (tanto si en el balcón están sus dos padres, como si solo hay uno cualquiera de sus progenitores); también Junior expulsa a los que entran en su santuario.

De paso, se comprueba lo extremadamente difícil que es averiguar el sexo de una tórtola por su comportamiento, ya que por ejemplo Amélie es claramente de mayor tamaño que Junior, canta, y hasta es capaz de cortejarla; si no fuera porque pone huevos, ¡cualquiera diría que es un macho!


6 comentarios:

  1. la verdad que es todo un lio determinarle el sexo a las tórtolas.
    Yo tengo a mi Theodoro, tórtola macho al parecer de edad mayor que el de Doris la hembra, el le canta el "cucurúuu" a todoo sea un ser vivo o no jajaja como por ejemplo, la escoba, otras palomas, Doris, yo, mi perra Gina, el Loro, su sombra, su reflejo, el plato de comida, sus juguetes en la jaula, todoo jajaja
    Y lo que decis eso de usar el cortejo como algo para decir "yo te domino" por más que sea entre hembras es cierto...fijate, hay dias que Doris mi tortola hembra, no tiene ganas de soportarle a nadie..y menos a Theodoro entonces se queda alejada tomando fresco en una rama...y cuando tehodoro viene a molestarla ella toma esa postura de "cortejo" y de paso le picotea JAJAJ es como que le dice "esta es mi rama fueraa!!!" y asi empiezan las peleas, a veces theodoro le devuelve eso con un picotazo y le saca las plumas y asiii~
    Aunque tambien agrego que el típico cururúuu~ que hacen, con hinchazon y todo, al parecer sirve para anunciar tambien que alguien llego a la casa, como el ladrido de los perros jaja...siempre que vuelvo de la facultad o vienen mis padres ellos empiezan con su canto, inclusive si por la noche pasa un gato se ponen a cantar en plena oscuridad.

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  2. Sí, lo que dices es muy interesante, con el tiempo compruebo que la comunicación de las tórtolas es bastante rica, y no se limita solo a sonidos. Por ejemplo, a veces fingen indiferencia, se ponen a arreglarse las plumas, y no es que realmente quieran hacerlo, sino que le están diciendo a alguien "no me interesas ahora", bien sea recibir comida, o las llamadas de un macho, etc. Y, efectivamente, por la noche cantan, en cuanto hay luz o algo raro, justo encima de mi piso (que es un segundo) vive una mujer sola bastante antipática, cualquier día se quejará de las tortolitas... y es que a veces ¡hacen tanto ruido! Pero son adorables, ¿verdad? Ahora mismo escribo esto con Junior dormidita en mi hombro...

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  3. )) El tema de los cantos nocturnos he arreglado con la perciana bajada porque en mi caso en una zona en la playa con todas ventanas abiertas en verano y la gente de vacaciones que levanta tarde...ohoho Ademas levanto pronto y en verano dia empeza con limpeza de habitacion de las tortolas entonces no les dejo montar jaleo- habitacion de la risa))
    Mis hembras cantan una a otra tambien, y suben encima de otra, haciendo exactamente como si fuera un macho... para dominar de eso estoy segura. Mas, tengo una pareja de dos hembras que viven juntas, como pareja, desde hace mas que un año.)))

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  4. He recordado algo sobre canto)))
    http://www.youtube.com/watch?v=zuYqiYfmRfg

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  5. No sabia eso de la indiferencia.
    Ojalá haya libros que expliquen el comportamiento de las tórtolas o las palomas, asi entendería aún más a las mias, son tan lindas!

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  6. jajaja el video es genial, me hace acordar cuando canto y mi tótola macho me sigue el canto con el cucurúuuuu~ jajajaa

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