Camila sobre la mano de su dueña
Camila y Fina se quieren mucho
Fina es una amiga de este pequeño blog. Su tórtola Camila es un encanto, por su tamaño, que me parece más bien pequeño, me recuerda mucho a Junior. Como veis, es una tórtola de plumaje blanco inmaculado, salvo el estrecho collar gris. La postura relajada con que se sitúa sobre la mano de Fina, y la caricia del pico contra la barbilla son un ejemplo de amor mutuo.
Cuanto más miro esta última foto más me gusta, así que, queridos amigos que podáis leer esto, con ella os deseo Feliz Navidad, que la blancura de Camilia y el amor de Fina sean para todos presagio de venturas para el año entrante, y ejemplo de cómo la verdadera felicidad está en las cosas pequeñas. El amor de un tórtola, su entrega y confianza pueden ser el primer paso para aprender a amar a cada uno como es, sin pretensiones ni condiciones. Las tórtolas nos quieren a pesar de que no somos de su especie, y son felices con un puñado de semillas, un rinconcito caliente y una caricia. Y nos dan tanta felicidad que solo quien tiene la suerte de vivir con ellas lo puede comprender. ¡Feliz Navidad!