(No, no es Walter, ni tampoco Junior; es una bonita paloma blanca murciana)
Si queremos jugar al juego de los errores, y buscar diferencias con las tórtolas, estos son los que considero más notables:
1) El tamaño. Si pusiéramos al lado una tórtola y una paloma, esta última seguramente resultaría el doble de corpulenta.
2) Sobre el pico la paloma tiene una especie de "moco", ausente en las tórtolas. Además, el pico de las palomas es, en proporción, más cónico, corto y recto.
3) Rasgos más robustos: las palomas apenas tienen cuello, las patas son más gruesas, y su forma general es más pesada.
4) Las palomas carecen del característico collar delgadito que todas las tórtolas tienen, incluso las blancas (aunque en estas resulta poco visible).
Todo esto es a simple vista; además, estoy seguro que las palomas son más inquietas que las tórtolas domésticas, por eso de pequeño siempre pensaba, cuando un mago dejaba sobre una percha a una "paloma" blanca, recién usada en un truco, y esta reposaba con tranquilidad, ¿por qué no se va? Y es que una paloma difícilmente soportaría estoicamente en un escenario. Pero claro, es que no son palomas: son tórtolas.
En todo caso, ¡qué bonitas son las palomas de Murcia!