![]() |
Secándose tras el accidente |
![]() |
En el nido, ya recuperada |
Boqueaba, pobrecita, cada pocos segundos, marcando un ritmo agónico. "Está agonizando", dijo mi compañero. Pobrecita, pobrecita. Con una toalla suave hemos secado su cuerpecito, y la hemos puesto junto a una estufa de infrarrojos. El agua debía estar a unos 15 grados, y las tórtolas están a unos 40 grados, así el choque térmico ha sido descomunal.
Durante cinco minutos ni se ha movido, aunque parecía que respiraba un poco más rápido. Luego, se ha puesto a temblar, lo que es una buena señal porque significa que estaba recuperando la vitalidad. Tras al menos un cuarto de hora ha empezado a dar señales de movimiento en las patas, nosotros hemos procurado que, sin quemarse, estuviera siempre caliente por todos lados.
Amélie y Walter se acercaban a veces, sin dar síntomas de alarma ni saber qué hacer, yo creo que ni reconocían a su cría.
Luego, poco a poco, se ha ido recuperando, y hasta aleteaba cuando algún progenitor se acercaba, aunque no se podía erguir y ni siquiera piaba.
Y, como un milagro, se ha recuperado del todo; puesta de nuevo en el nido, sus padres la han alimentado varias veces, y ahora parece tan vivaz y sana como siempre.
Yo digo que me la quiero quedar en casa, Félix dice que estoy loco. No sé, el caso es que estoy muy contento, y cuando esta tarde nos vayamos de fin de semana dejaremos todo lo más libre de peligros que podamos, porque lo más probable es que vuelva a salirse del nido. Ay, qué angustia voy a pasar hasta el domingo por la tarde...