(Willy posando sobre la mano de Pedro)
Hace unos días se puso en contacto conmigo Pedro, un chico de quince años aficionado a la magia, quien me habló de su tórtola, un macho blanco que aún no se había acostumbrado a su compañía y a veces incluso le levantaba el ala, a modo de amenaza. Pero con la perseverancia y el cariño, Pedro se ha ganado la amistad de su preciosa tórtola, que se llama Willy, quien ya ha demostrado su confianza empezando a "reírse". Y es que eso es lo primero que denota que una tórtola se encuentra a sus anchas, cuando cada vez que cambia de lugar, se ríe. La unión entre las tórtolas y los magos viene de antiguo, y muy posiblemente tiene varios miles de años. Tengo varios amigos magos (una de las aficiones desde mi infancia), pero ninguno de ellos usa tórtolas en sus espectáculos (todos ellos son discípulos del gran Juan Tamariz). Yo ya sabía que las "palomas" blancas de los magos son, en realidad, tórtolas, más pequeñas y sobre todo mucho más dóciles y menos asustadizas que sus parientes; pero lo de lo que me he enterado gracias a Pedro es de que en magia se usan solamente machos, ya que al tener necesariamente que confinarla en pequeños espacios, se correría el peligro de que las hembras muriesen al implosionar los huevos en su interior.
Pedro me ha dicho que va a buscar una hembra para Willy (¡bien!), y que está construyendo un jaulón grande para ellas. Claro, su madre dice que son "máquinas de hacer popó", ¡y no es verdad, ¿eh?! Pero lo comprendo... en fin, seguro que además les permitirá a menudo estirar un poco las alas fuera.
También Pedro me ha comentado algo muy, muy importante para el mundo de las tórtolas domésticas... pero eso será objeto de otra entrada diferente en el blog.
Lo que sí quiero incluir son dos enlaces a vídeos de magia con tórtolas, en honor de Pedro. El primero es de Tomsoni, un mago que sigue en ejercicio, es muy muy divertido y tiene una ayudante ¡genial!
El segundo vídeo es de otro mago americano especializado en "palomas": Channing Pollock. Es la elegancia misma, observad qué bien contrasta la vestimenta oscura del mago con las blancas plumas de las tórtolas