(Foto: En primer término, sobre mi mano, Junior. Walter, detrás, está a punto de saltar.)
Cuando podría decir que todo va bien, y que las tres tórtolas, Amélie, Walter y Junior, aumentan de peso para corroborarlo (Amélie ha engordado hasta los 165 gramos, lo mismo que Walter; Junior ya alcanza los 120 gramos), se perfila un problema, que puede llegar a ser grave: Walter no soporta a Junior, es decir, el padre no soporta a su propio hijo. Cada vez se parecen más en todo, Junior vuela bastante bien, y su plumaje se va asemejando al de los adultos, aunque sigue siendo un pollito: hoy tiene 36 días de edad, muy poco, no canta, solo pía, y cuando está cerca de Amélie hace todo lo posible por ser alimentado por ella, quien desde luego no lo hace, todo lo más le dedica alguna caricia, que Junior rechaza, piando desesperado y picando las uñas de su mamá, supongo que para llamar su atención. Pero Walter lo ve como una amenaza, no tolera su presencia, y lo ataca y persigue con saña, por lo que tengo que estar al quite en todo momento. La consecuencia es que no pueden estar juntos, salvo si enjaulo a uno de los contendientes, normalmente a Junior, que al ser más pequeño está más a gusto en la jaula. ¿Por qué esta inquina? Tal vez Junior es macho, y despierta celos en su padre; también es posible que el desapego que Walter demostró durante el empolle y la crianza de Junior (todo lo contrario que hace ahora con los huevos no fecundados), hayan provocado una especie de "no reconocimiento" como hijo propio por parte de Walter.
Por otra parte, ¿qué ocurrirá en un futuro? Junior no será siempre un pollito, y es posible que llegue el día en que se defienda de Walter. Me gustaría pensar que hay alguna solución, porque me costaría desprenderme de cualquiera de las tórtolas. Pero tampoco puedo tenerlas separadas siempre, el piso es pequeño, y el lugar donde deben vivir, salvo excepciones, es en el balcón-terraza. Veremos qué ocurre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario