(Walter y Amélie afrontando el verano tras pasar por Photoshop)
La pareja que forman Walter y Amélie no es ya un amor pasajero, sino que forman sin duda una pareja consolidada. Siguen prodigándose todos los mimos imaginables, y no parece que eso tan humano del decaimiento en el deseo sexual y la rutina subsiguiente sea un problema para ellas, felices y efusivas como el primer día. Es más. Amélie está dando un paso más allá y adoptando una curiosa conducta sexual; consiste en realizar la cópula al revés, es decir, intercambiando los papeles masculino y femenino. Para ello, y tras los preliminares de costumbre (acicalamiento, besos, etc.), Amélie se sube sobre el dorso de Walter, quien entonces trata de aplanarse, aplastándose contra su base; hace entonces Amélie la contorsión consistente en doblar su punta final, a fin de acercar su cloaca a la de Walter, como si lo quisiera fecundar, y tras unos espasmódicos instantes ambos lanzan el cacareo triunfal que da por finiquitada la cópula. Todo normal... salvo que los papeles se han intercambiado.
Dudo mucho que estas cópulas resulten apropiadas desde el punto de vista de la fecundación, más bien parece que es un modo de afirmación de Amélie y de sometimiento de Walter. Además, solo he observado este comportamiento desde hace pocos días, así que parece resultado de la madurez como pareja.
Y, como siempre, la tentación de comparar con nosotros y sacar conclusiones es inevitable...
Que extraño comportamiento, en mi caso cuando saco a mis 4 tórtolas al jardin, uno de los machos intenta pararse encima del otro, haciendo los tipicos movimientos para aparearse, pero una vez que se baja, el macho que estaba abajo se enoja y lo ataca... je je en fin...
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